viernes, 29 de noviembre de 2013

DE LA MANO CON LA MÚSICA





La "clave" hay que buscarla dentro de cada uno





DE LA MANO CON LA MÚSICA


            Nací casi con una guitarra bajo el brazo. A los 10 años mi hermana me enseñó a tocarla. El resto fue autodidáctico. Aprendí a mi manera, tocaba lo que buenamente podía…pero disfrutaba haciéndolo. Al día de hoy sigo con ello. No soy una profesional (eso es evidente) ni tampoco una experta…me gusta tocar la guitarra y ponerle música a las letras que escribo. Amo la música. Me he criado con The Rollings Stones, The Beatles, Bob Marley, Bob Dylan, Dire Straits, Los Ramones,Bruce Springsteen…hasta veía por casa vinilos de The Doors, el de Tommy de Who (aquel que venía una cara y se abría en dos), los Sex Pistols…. Todos ellos eran de mi hermano….pero me aficioné. Los sábados por la mañana era el tenor Luis Mariano quien nos acompañaba la jornada ¡¡Cómo no iba mi padre a escuchar a su paisano irundarra!! Lo solía intercambiar con jotas navarras y vascas.

         Y llegué a la adolescencia. Los Diablos, Los Puntos se intercalaban con los “cantautores”. Me pasaba el día con Ana Belén, Victor Manuel, Luis Eduardo Aute, Serrat, Urko, Gorka Knorr, Benito Lertxundi…incluso empezó mi etapa “rebelde” con Victor Jara, Sabina, Silvio Rodriguez. Me solía llevar la guitarra a la Facultad y allí aprendí las “canciones protesta”. Aquí llegaron también todas las canciones “abertzales vascas” tipo Kortatu, Barricada, Hertzainak (aprovecho para recomendar una canción de este grupo que es preciosa…” AITORMENA”) Éstas fueron dejando paso ya a mis gustos más pseudorockeros: me compré los discos de Leño, Miguel Ríos, Asfalto, Burning, Topo…¡¡ hasta uno de Barón Rojo!! y de…. ¡¡Tequila!! Mientras mis amigas suspiraban por Los Pecos yo estaba ¡saltando!, tocando un rock and roll en la plaza del pueblo, volviéndome loca… Tengo que reconocer que me gusta la música pero no muchos grupos (Los Pecos o Mecano. Nunca he podido con ellos).

         Y, como no podía ser de otra manera, viví la “movida madrileña”. Demasiados grupos para elegir; demasiados estilos por definir pero me encantaba ver la revolución que se estaba formando en torno a la música y sus consecuencias colaterales.

         Día a día sentía que la música ya formaba parte de mí. Comencé a descubrir el Soul, el Rhytm and Blues y me enamoré de todo aquello. Ver en directo a B.B. King, en la playa de La Zurriola en Donosti ha sido uno de los momentos más apasionantes de mi vida. También lo fueron ver a Supertramp en el Campo del Gas, a Leño en el Román Valero y a tantos y tantos grupos.

         Podría estar horas y horas hablando de esto. Ya es imposible desligarme de la música. Ha estado, y está,  en todos los momentos de mi vida. Siempre ha habido una melodía, una canción que me ha acompañado durante el camino. Tengo canciones para cada sentimiento. Con ellas he llorado, he reído, me he enamorado, he bailado. Hay un grupo que me ha marcado mucho y, cuyas canciones, son un reflejo del caminar diario, con todas sus vivencias, con todas sus emociones. Tenían al mejor “poeta musical” y así se ha quedado impregnado en su esencia…Gracias Enrique Urquijo por permitirme entrar, durante unos años, en tu mundo.

         No sabría explicar qué es lo que siento en cuanto escucho los primeros acordes de algunas canciones. Mi cuerpo se activa, siente, palpita con cada nota. Son recuerdos, sentimientos. ¿Quién no se ha emocionado escuchando las baladas “heavys”?.. Es como si las ondas entraran por nuestra piel y revolucionasen todo nuestro organismo. Depende del momento escucho unas u otras canciones. Hay para todos los gustos. Incluso el flamenco también me pone la piel de gallina. Sí. Siento la música muy dentro. Me hace vibrar, llorar, reír, emocionarme, pensar, meditar… intento componer para que la gente pueda sentir lo mismo (esto es un atrevimiento y muy difícil de conseguir)…pero la necesito. Imposible sería elegir una canción. Imposible. Hay miles, preciosas, que te taladran los higadillos, que te hacen “vomitar” sin que puedas retenerlo… no podría dar el nombre de una sola canción, o de un grupo. No podría. Pero sí que hay una que me mueve muchísimo por dentro siempre que la oigo. Quizás es la que más me desarma emocionalmente. Es la única que me ha hecho llorar en plena “parte vieja” de Donosti mientras una señora, con el cestillo en el suelo, la cantaba con gran sentimiento. Aquí la pongo para que la escuchéis también. Y para vosotros ¿cuál sería vuestra canción elegida?


 







 
María Callas.... Ave María de Schubert




3 comentarios:

  1. Compartimos algunas pasiones. De ésas que dan vida a la VIDA y que se ensamblan con ella hasta hacerse indisolubles.
    Días atrás disfruté de una película francesa de 1996, La Belle Verte, transgresora y cada vez más actual a pesar del paso de los años. Entre sus múltiples escenas “marginales” frente a una muy asentada sociedad industrializada, me chocó una en la que la muchedumbre protagonista se reunía al aire libre a escuchar un concierto de silencio… Aunque soy una defensora activa de los tiempos de soledad, también en ausencia de sonidos, me percaté de que yo soy como soy en una muy elevada parte gracias a la música.
    Mi infancia está ligada a los nocturnos de Chopin que mi abuela interpretaba al piano, y que yo escuchaba embelesada; a la nana que mi madre nos cantaba y que yo he rescatado; a los boleros y las arias de ópera que me regalaban mis tíos sentada en sus rodillas…
    Cuando tuve edad, elegí. Mis raíces educativas se inclinaron hacia la canción francesa (Brel, Moustaki, Brassens) y mi efervescencia reivindicativa hacia los cantautores catalanes, hispanoamericanos… de los que habría muchas líneas que escribir. También llegó la etapa de las composiciones propias, de las canciones y viajes con mi hermano, guitarras a cuestas y con la voz preparada a dúo para cualquier auditorio. Y así sigo, con la mochila de la música llenando las casi 24 horas de todos mis días. Porque aunque trabaje, repose, coma o guarde silencio, siempre subyace una melodía buscada, encontrada, reconocida y amada. Mi vida es música aunque no viva de ella, y utilizo su lenguaje casi siempre que mi espíritu necesita conectar. Mis conversaciones con Dios son también música y palabra fusionadas, y tengo la seguridad de que entonar una canción o tararearla, será uno de mis últimos actos conscientes que desearé hacer.
    Mis hijos han heredado esa pasión. Con gusto y sabiduría anímica, con festiva, agradecida y aceptada trasmisión de un tesoro. Y espero que vayamos pasando el testigo e incorporándola al hecho mismo de la Vida de los futuros engendrados.
    Hace tres años, cosida a una fecha de cumpleaños, recibí el mejor regalo: una canción.
    Esa música lo dijo todo y me lo dio todo. A ella recurro deseando que los sueños se hagan realidad. QUIZÁS PODAMOS…
    Nunca lo dejes, Gloria. Los dones merecen ser multiplicados y compartidos. Enhorabuena.

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    1. http://youtu.be/J9gL3MdYcho

      M.Dolores, guardas tal cantidad de tesoros dentro de tí que tú eres uno en sí mismo. Quiero que todos te escuchen y disfruten de tu gran DON... Gracias, gracias por seguir mostrándome el camino.. besitos

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    2. ¡¡Ah!! Ella es la primera de la derecha, primera fila...la más rubita jijiji besitos

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