LLUVIA DE CORAZONES |
SEMBREMOS ENTRE TODOS
Me acabo de dar cuenta
del abandono al que he sometido a mi blog. El otro día me preguntaron que por
qué no escribía más, que si ya había llegado a ÁGAPE, que si me había cansado del
camino. No, no me he cansado; tampoco aún he llegado, la travesía es larga solo
que he estado con la cabeza en otras cosas. Algunas me has chupado demasiadas
energías y a otras les he dado una importancia que no se merecían. Siempre confías
que puedes derribar muros pero….no. Eso sí, nos sirven para darnos cuenta de lo
que, verdaderamente, es importante en nuestras vidas. Me he dado cuenta de que
se está perdiendo algo fundamental entre las personas: LA EMPATÍA Y LA
COMUNICACIÓN. Nos estamos convirtiendo en Androids, en Tablets andantes, es
twitters voladores. La gente se puede jactar de tener 700 “amigos” en Facebook
pero es incapaz de mirarle a los ojos al que tiene enfrente y “pedirle perdón”
(por poner algún ejemplo), o no sentir un poco, tanto las alegrías como el
dolor ajeno… El ombligo es una parte de nuestro cuerpo que tiene muchas
repercusiones. Hoy he leído una noticia de que una joven de 19 años ha muerto, arrollada por el tranvía en Valencia porque
iba “distraída” con el móvil. Se me ponen los pelos de punta. Es impresionante
ver en el metro, en los trenes, en los restaurantes a todo el mundo con los
móviles, tablets; ver cómo una pareja ni se dirigen la palabra durante toda la
comida porque ambos están “ocupados” resolviendo “asuntos del trabajo”. Reconozco
que yo también soy algo asidua a estas tecnologías, para qué engañarnos… pero
intento que no se convierta en el eje de mi vida como lo es ya para mucha
gente. Si algo nos diferencia del resto de los seres vivos es, precisamente, el
poder hablar, el poder comunicarnos y sentir al otro…escucharle, intentar
ponernos en su piel y ayudarle. Pero a veces, ¡cuánto miedo me dan las
personas! Últimamente las noticias han sido alarmante: matanzas en Kenya, en
Siria…un piloto que mata a 149 personas, violaciones, torturas, destrozos de
patrimonios culturales…desfalcos, fraudes, robos, corrupción política… Parece que
hoy en día todo vale…¡¡madre mía, qué miedo!! Mi mente de “escritora” algo “loca”
me lleva a alejarme de la Tierra y verla desde otra dimensión… El mundo llora. Hay
guerras en muchísimos países, violencias de géneros, asesinatos, niños que con
5 años (como los míos de clase) les explotan a trabajos duros, a casarse con
unos pocos años más y sus juegos son lo que ven, lo que viven… Desde mi posición
veo a la Tierra que “explota” porque ya no puede más. Grietas por todos los
lados, sangre que mana de ellas… Me encantaría tener la solución aunque hay
algo que sí ayudaría mucho, que haría a las personas, eso, personas humanas y
es lo que nos distingue. Ya sé, ya sé que me vais a decir que es una UTOPÍA lo
que voy a decir pero es lo que llevamos oyendo años, siglos pero no se toma muy
en serio: EL AMOR ES EL MOTOR QUE MUEVE AL MUNDO. A este mundo nuestro lo están
empujando, destrozando. Y cuando hablo del amor, me refiero siempre, al AMOR
INCONDICIONAL. Hasta esto se está perdiendo. Oigo a parejas quejarse de que ya
no saben si es amor o cariño lo que sienten hacia ellas. Otros ya no
sienten nada pero continúan juntos porque no “saben vivir en
soledad”. Esto está haciendo un daño
terrible a las mentes. El respeto se está perdiendo…la educación ya ni os
cuento. Pero el AMOR del que hablo no es solo hacia las personas. Pero es en
ellas, en nosotros, en donde debería fraguarse. Ser cada uno de nosotros una “semilla
de AMOR” y ser modelos para el resto de la gente. Yo así lo hago y lo seguiré
haciendo, con tablet o sin tablet. No quiero ser un android, ni quisiera que me
besara un “emoticono”… La salud física es importante pero la salud mental aún
lo es más. Seguiré andando por el CAMINO DE ÁGAPE porque, afortunadamente, me
estoy encontrando con más “semillas de AMOR” y entre todos estamos sembrando
diferentes campos. Estoy convencida de que dará muy buenos frutos....