domingo, 17 de noviembre de 2013

NOCHEVIEJA DEL 87



               NOCHEVIEJA DEL 87



Y la guitarra...aulló en la noche


  Este cuento le escribí hace unos dos años y le tengo un cariño especial. Sea por la historia en sí o por lo que quiero transmitir, el caso es que es otra manera de canalizar todas las energías que me van llegando. Espero que disfrutéis leyéndolo como yo lo hice escribiéndolo.


NOCHEVIEJA DEL 87

            La tarde fría. Lucía el sol en la playa. 31 de diciembre. Nochevieja. Allí era tradición disfrazarse           para empezar el año. Jaione ,de 29 años, era alegre, muy sociable; veía el mundo con gran optimismo pero demasiado exigente consigo misma. Demasiados avatares había sufrido en tan temprana edad. Dudó entre varios disfraces pero, al final, se decantó por el de “payaso” porque así podría desinhibirse durante unas horas de su calculada y organizada vida. Su traje era espectacular, de  colores muy vivos y unos zapatones rojos que le impedían caminar con soltura por la playa.

            Estaba con su grupo de amigos cuando se percató que llevaba tiempo sin ver a Asier. Era su novio y, últimamente, estaba más raro de lo acostumbrado, más introvertido. También se había disfrazado de “payaso” pero  del “payaso serio” que aparece en todos los circos. Su traje era oscuro e iba maquillado con una lágrima pintada bajo el ojo. Asier era demasiado obsesivo con sus ideas, les daba mil vueltas a las mismas cosas y siempre necesitaba una explicación lógica a todo lo que le ocurría...

            Después de un rato buscándole, Jaione fijó la vista a lo lejos y creyó verle sentado sobre la arena. Respiró hondo, dejó a sus amigos y se dirigió, no sin gran dificultad por los zapatones, hacia alli. Caminaba despacio, expiraba con resignación y paciencia porque sabía que, de nuevo, le había vuelto a pasar. Se querían, llevaban 5 años juntos y se conocían muy bien. Se respetaban, se admiraban pero, en los últimos meses, Asier cambió porque su mente le empezaba a jugar malas pasadas.

-          Asier ¿qué te pasa?_ le preguntó Jaione cuando se sentó junto a él

-          Es mi guitarra, no consigo sacarla de su tristeza_ contestó llevándose las manos a la cabeza



Jaione se tumbó en la arena, cerró los ojos y le dijo a Asier que quería escuchar lo que decía su guitarra. La cogió entre sus manos, la acarició y comenzaron a salir notas, palabras, frases que inundaron de dolor el corazón de Jaione. Así decían:


“Igual que el tren avanza por la oscura noche helada

  Así mi amor camina hacia el encuentro con la nada.

  Tus palabras son mi alimento; tu cariño, mi dolor

  Tu mirada, mi sufrimiento y tu corazón mi gran amor”



A medida que pasaba el tiempo, la guitarra aumentaba su furia y comenzó a tragarse a Asier. Primero fueron las manos y, mientras desaparecían dentro de ella, así bramaba:



“Mi mente se debilita y creo perder la razón

¿Acaso tu cuerpo y mi cuerpo hablan con el corazón?”



Jaione intentaba comprender qué es lo que estaba ocurriendo y tiraba de Asier para que la guitarra no se lo llevara. Pero ésta continuaba con su fuerza; ya solo se le veían los hombros y la cabeza y seguía gritando:



“La vida está llena de locos que viven felices en su locura.

  La vida está llena de cuerdos que viven hartos de su cordura”





Y diciendo esto, la guitarra, finalmente, se tragó a Asier. Jaione no pudo hacer nada por evitarlo. Estaban dando las 12 campanadas. A lo lejos, se oía la alegría por la llegada del nuevo año. Allí estaba ella, con su traje de payaso de vivos colores y con el corazón roto. Cogió la guitarra, quiso romperla, patearla, tirarla al mar pero no lo hizo. No podía hacerle daño; aunque le doliera y no comprendiera, allí dentro estaba Asier, su amor, su vida.  Cuando terminaron de dar las campanadas, abrazó a la guitarra, miró al horizonte y exclamó: ¡Feliz Año Nuevo mi amor!...

                                                                                                                                     G.F.G.F.




4 comentarios:

  1. Una nochevieja muy especial ¿no? No puedo imaginar dónde andará ahora esa guitarra, o quizás el mismo Asier, o tal vez Jaione, pero lo cierto es que el mar borra muchas huellas y para caminar sobre sus playas no hay que llevar disfraces que nos impidan avanzar y reconocer al otro.
    Muy bueno el cuento!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que te haya gustado el cuento. Conoces perfectamente la relación que tenemos el mar y yo.Acudo a él siempre que puedo, le hablo de tú a tú, escucho sus notas, su furia...su silencio... Él tambien me escucha y me devuelve su esencia en forma de sentimientos....besitos

      Eliminar
  2. Durante los años de juventud que viví en mi tierra, el ritual de casi todas las Nocheviejas era empezar el nuevo año encarándonos con el mar, y esperar que un sol refulgente de invierno mallorquín nos abriera la puerta a la aventura de 365 días por delante… Nunca faltó la música: siempre compaginamos el silencio de bienvenida con las canciones imperecederas que nos llenaban el alma , acompañadas de las guitarras que iban y venían de los coches a la arena…
    Hay quien dice que la nostalgia es un error. No lo comparto. Porque se añora lo que ha dejado una muesca marcada en el corazón y eso se ha convertido, con los años, en diminutas luminarias que siguen encendiéndose en lo más profundo…
    Unas veces fuimos acompañados en los sentimientos y hoy recordamos especialmente algunas caricias y algunas miradas de entonces. Otras, conseguimos que la soledad fuera elegida sin miedo y con esperanza.

    Bienvenidos los recuerdos si no nos engullen. Bienvenidos los sentimientos que siguen a flor de piel esperando el roce de quien está lejos y quisieras que no fuera así. En nochevieja o en cualquier nuevo día al que saludamos desde el deseo.

    ¡Me ha gustado mucho el cuento, amiga!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias M.Dolores.Yo también creo que la nostalgia no es un error siempre y cuando no anidemos en ella. Recordar todo aquello que sentimos con tanta fuerza nos deberia de ayudar a comprender cuán importante es el Amor en nuestra esencia aunque sigamos esperando el roce de quienes no están a nuestro lado... Besitos

      Eliminar