miércoles, 9 de octubre de 2013

CARTA A MI CUERPO





MI QUERIDO CUERPO

Mi querido “cuerpo”:
Hace mucho tiempo que no tengo una conversación contigo. Sí, se que he estado muy liada, que te he obviado y, ni si quiera te he preguntado cómo estás. De ahí los últimos “toques” que me has dado. Tendrás que perdonarme pero sabes que, en el fondo, nunca me olvido de ti. El otro día tuve una conversación muy graciosa y digo graciosa porque cuando menciono el hecho de que yo hablo con mi cuerpo, me miran con cara de “póker” y piensan que estoy majareta. Claro que, a veces, razón no les falta.
            Hay mucha gente, y lo sabes, que sigue obsesionada en separarte de tu mitad, de tu hermana, de tu amiga LA MENTE. No entienden que si os separan podéis llegar a sufrir tanto uno como la otra. Y que empeño cuando se habla del “matrimonio” mente-cuerpo, de la guerra interna entre uno y otro:
Es que no se dan cuenta de  que los dos sois uno, que cada persona es lo que es gracias a los dos.
            ¿Te acuerdas de lo que has sufrido durante tantos siglos? Eras tabú, pecado, tentación. Hablar de ti era algo obsceno, pecaminoso.¡¡En qué mundo se vivía!! Y eso fue “gracias” a muchas personas reprimidas debido a las duras y férreas instituciones de las distintas épocas y ,a las cuales, tenían una devoción enfermiza. Esa persecución que tuviste se enfatizó muchísimo más en las mujeres: éramos fuentes de tentación y, en consecuencia, de represión para muchos de los caballeros hidalgos, nobles y demás alcurnia. Y no se daban cuenta de que el problema radicaba en la mente enferma de aquellos que se consideraban la “cúpula de la sociedad”. ¡Era pecado entregarse a la persona querida si antes no te casabas! Sin embargo darse golpes de pecho y “flagelarse” como penitencia estaba muy bien visto.
¿Qué hay de malo en querer estar con la persona que amas, junto a ella, unidos en un solo cuerpo? No sólo es placer por el puro placer, no es sólo “eros” como quieren ver algunos “doctos” es algo más: es amarse, sentir a la otra persona dentro de ti y perderse por completo en ella, abrazarse en común unión, liberarse de las viejas ataduras y tabúes que a tantas mentes ha dañado...
            Pero seguimos luchando porque si tú sufres, también sufre la mente y si sufre la mente, desgraciadamente, no sólo sufres sino que te deterioras. Fíjate en todas aquellas personas que padecen la enfermedad mental de la “anorexia nerviosa” o de la “bulimia”; las consecuencias son nefastas, y el porcentaje mayor de deterioro te lo llevas tú quedándote, prácticamente, en la nada, en una mera piel que recubre todos los huesos. Tampoco olvidemos a los que sufren de “obesidad” y del “trastorno del atracón”. Estos, a diferencia de los anteriores, necesitan “saciar su carencia afectiva” por medio de la comida. De ahí que cuanta más necesidad de afecto, cariño o compañía necesiten, más atracones se darán. La comida, para ellos, es el sustituto del afecto, del amor.
            Y luego están los que, de manera voluntaria, ingestan una serie de “productos” totalmente nocivos para ti. Dicen que suelen ser las personas más débiles mentalmente y las más manipulables las que suelen abusar de esos “productos” como son todos los tipos de drogas y de alcohol. Estoy de acuerdo y pienso que, hoy en día, con la cantidad de información que hay al respecto sobre las causas de su ingesta, el que lo sigue haciendo es porque no encuentra “el camino en su dura realidad”. Es triste ver a esas personas, y cada vez muchísimo más jóvenes, cómo desperdician su vida, cómo no se enfrentan a los problemas y cómo empiezan a caminar por un sendero que les llevará, en pocos años, a anularles física y mentalmente.
¿Sabes de lo que me estoy acordando? De cuando la mente se nos liberaba en los momentos más impredecibles. No había quien la parase: quería estar todo el día activa y tú, lógicamente, te ibas resistiendo cuando veías que no descansabas lo suficiente. Aquella estaba harta de tanto control, de tanta interiorización, de tanta meditación y ¡hala! el que tenía que dar la cara ante el pequeño“descontrol” eras tú. Estabas ahí el primero, todo te llegaba a ti, todo lo recibías y, por qué no decirlo, te sentías bien. Pero enseguida...¡zas! se encendía la alarma mental y allí aparecía ella tan segura, tan correcta y atajaba, enseguida, cualquier intento de “sublevación corporal”.
Cuántas historias tenemos ¿verdad? Y las que nos quedan por vivir. No puedo hablar de mí sin hablar de ti. Somos un equipo, un conjunto. Somos armonía, equilibrio. No hay celos ni rencores entre nosotros. Sabes que no siempre te puedo prestar toda la atención que necesitas debido al absorbente reclamo mental pero no te preocupes porque sabes que luego intento recompensarte.
            Gracias a ti puedo sentir, amar, oler, tocar, ver. Sabemos que es nuestro amigo el cerebro el encargado de todas estas funciones pero tú eres el mediador, el canal de expresión y de comunicación, eres receptor y emisor de emociones, sentimientos. Todo te llega y todo sale de ti. Somos lo que somos gracias a los dos. Lógicamente con lo primero que nos encontramos es contigo y, tú que también eres sabio, abres las puertas a aquellas personas que consideras dignas de tu conocimiento más profundo y emprender, de forma valiente, el camino hacia la mente. Se que, a veces, te traiciona el corazón y dejas pasar a personas que lo único que buscan es divertirse, haciendo daño, sin pararse a pensar en las consecuencias negativas que eso conlleva… Yo sé que tú te confías demasiado pero poco las vamos metiendo en un saco: a las personas “comeenergías o vampiras”, a las egoístas, a las aprovechadas, a las cobardes. Pero he de reconocer que te estás portando muy bien y la afluencia de personas que estás dejando entrar están dejando sus huellas por el camino que, desde hace años, emprendimos tu y yo, juntos, fortaleciendo nuestra unión.
            Pero...es ley de  vida que tú empieces a sufrir transformaciones, pequeños deterioros. Que cada vez te cueste más expresar y demostrar todo lo que sientes, que tus movimientos no sean todo lo rápido que quisieras, que, con el paso de los años, te vayas encorvando porque no puedas soportar todas las cargas que fuiste guardando en  tu espalda porque no supiste solventarlas en su momento. Es inevitable también que, en muchos casos, tus pensamientos empiecen a desconectarse  y comiencen los problemas en esa armonía de la unión del cuerpo con la mente.
            No eres perfecto y de eso soy consciente. Te pido perdón por las veces que te he hecho sufrir, que no han sido pocas, porque, incluso sabiendo de tu sufrimiento, he continuado consintiéndolo aunque sabes que, tanto el corazón como la mente, aquí, han tenido mucho que ver.
            Ha sido agradable volver a hablar contigo. Me quedan muchas preguntar por hacerte, muchas dudas por resolver pero mejor volvemos otro día. Mientras tanto goza de la paz, de la serenidad, del humor, de la belleza, de la naturaleza, de la amistad, de la música, de la alegría y, sobre todo,...... del AMOR.

                                               Firmado G.F.G.F.

8 comentarios:

  1. Yo hablo mucho con mi cuerpo, y le digo muy a menudo... ¡CUERPO...!

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    1. Jajaja dí que si...¡Cuerpo! Ante todo autoestima equilibrada,mimarte y quererte mucho...y si el cuerpo te pide...dale jiji besitos my darling

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  2. Yo también hablo con mi cuerpo pero cara a cara con la mente y cuando lo he dejado de lado, se ha presentado fuertemente en forma de malestar generalizado. Pero cuando yo me miro al espejo no digo como JM Serradillas, CUERPO. Me digo: ¿Dónde se fue mi cuerpazo?

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    1. Jajajaja se fue en busca de los txuletones y el rodaballo jajaja... Como bien dices, hay que mirarse cara a cara con la mente pero sin olvidar al cuerpo. Y nos ha pasado. Muchos años en una tensión mental grande y despreocupándonos de nosotras mismas (y no me arrepiento, por supuesto) pero el cuerpo nos iba dando avisos que hemos ignorado hasta que ya se ha impuesto y ha dicho "Hasta aquí hemos llegado"...por eso debemos empezar a cuidarlo más, a mimarlo, y que vuelva a funcionar el equilibrio entre cuerpo-mente...besitos

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  3. Cuando era pequeña y se acercaba el momento en el que el sueño me vencía, siempre decía: tengo piedras en los ojos. Con esa sensación real y esa declaración firme, pretendía que todos entendieran que la cosa no estaba para bromas y que había llegado el momento de una digna retirada…
    Ahora esa fase ha quedado atrás y las piedras se han ido repartiendo por otras partes del cuerpo, mientras el insomnio es una aliado asiduo. Pero ¡bendito él! que nos permite gozar a diario del regalo de la Vida, con mayúsculas.
    Lo que sí he descubierto con los años es que mi cuerpo busca a diario su tarjeta de identidad en el alma compañera, y que sólo ésta puede configurar y transformar las carencias o los males con una dosis elevada de positividad, de ganas de vivir, de ternura, de AMOR… en el sentido más amplio y trascendente (AGAPAO).
    Sólo entonces las piedras dejan de ser un lastre y recupero esa infantil sensación, dejándome llevar por el agradable abrazo de Morfeo. Fútil ingravidez la de aquellos años, hoy descanso que zurce la actual materia a base de placebos oníricos e inalcanzables, para que mi cuerpo siga adelante hasta….

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    1. Gracias por esa visión tan positiva que das siempre de la vida. Es difícil poner firme al cuerpo cuando por tu mente no dejan de pasar imágenes, sentimientos, pensamientos....y no digamos si, encima, no son positivos. El cuerpo también responde a las necesidades, a las carencias,a la mala gestión de la mente. Es sabio y busca sus fórmulas...pero no podemos engañarle. De nada nos sirve fingir que "estamos bien", darle esa señal al cerebro y encontrarse, éste, con una realidad contraria. Se debe formar un "impacto neuronal" que afecta a todo nuestro ser; y aquí incluyo al cuerpo que se ve mermado, sin fuerzas y generándose a sí mismo ,"muros y caparazones" que no dejan fluir a las energías limpias, a la luz......ni al AMOR...Un beso, un abrazo, una caricia son pequeños gestos que fortalecen nuestra mente y, en consecuencia, nuestro cuerpo. No sería tan difícil empezar por aquí....

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  4. Que bonito, Gracias a tí puedo sentir, amar, oler, tocar, ver, y como es la mente quien nos permite o priva de ello, ahí esta el camino de Agape, y ya es hora porque motivos tiene y cuando de verdad se libera se siente tan ligera que se rinde ante la evidencia. Amor en su más pura esencia

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  5. La unión mente-cuerpo siempre la ha comparado con los vasos comunicantes. necesitan que no haya ningún obstáculo, ningún taponamiento para que se mantenga ese equilibrio. Se sabe que si en uno de los vasos hay obstrucción, uno se eleva más que el otro....y con nosotros pasaría lo mismo. Hay personas que tienen verdadero "culto al cuerpo" obviando su mente, sin trabajarla...y viceversa..personas con una mente brillante despreocupados totalmente de nuestro mejor emisor y receptor de pensamientos y emociones...Si, Mariaje, hay que dejar que todo fluya y se liberen de ataduras... así se vivirá el Amor, de forma más plena. Muxus

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