viernes, 27 de septiembre de 2013

OIDO COCINA

                                               OÍDO COCINA




            Siempre he oído decir que para cocinar se necesita tiempo y hacerlo con mucho Amor ¿desde cuándo le han cambiando el nombre? Debido a circunstancias de la vida, me veo en un camino nuevo, a descubrir. Sí, sí podéis pensar que a mi edad ya era hora que anduviera por él pero me he encontrado, a menudo, con grandes obstáculos: las espinacas y yo nos hemos llevado siempre a matar. Tuve que deshacerme rápidamente de la presencia del “hígado” porque alteraba mi ritmo intestinal; y ya cuando apareció “encebollado”….era o él o yo. Entrar en la cocina era una lucha a ver quién podía más. Desaparecí. Pero ahora no me queda otra que volver. Echo un vistazo a nuestras comidas y me doy cuenta de que muchas tienen su denominación de origen….¡pero si todas sois vendidas en el Mercadona, bonitas! Voy con el carro mirando los stands: Arroz chino (en breve será dieta china en vez de Mediterránea), café americano, ensaladilla rusa, yogurt griego, té irlandés, chocolate suizo, coles de Bruselas, nueces de California, salchichas de Frankfurt, flan de Huevo… ¡ah no, no! Que el huevo aún no es considerado como tal. Ahora entiendo por qué mi madre cuando hacía el guiso de pollo lo bautizó como “Pollo a la Gloritoria” (mi madre se llamaba Gloria, claro).
         Sigo empujando el dichoso carrito. Hay miles en las puertas, en los aparcamientos de grandes superficies…pero me ha ido a tocar el de las “ruedas muertas”. Otros lo llaman “ruedas locas”, porque tú intentas llevar el carrito hacia la derecha y él se va para Triana. Imposible domarle. Y cuando está lleno, imposible misión. Y ¡ay! Que de repente me da por pensar el por qué de esa manía que nos tienen los franceses. Lo veo clarísimo. ¡Es por la comida! Se pensarán que tienen la exclusividad pero… ¡han topado con nosotros! Ellos tienen la tortilla francesa pero es que no se puede comparar con nuestra tortilla española. Presumen del Paté de Foi pero decidme, ¿cómo está nuestro Paté La Piara de tapa negra? Los Crêpes los miman mucho pero nuestras tortitas con nata y sirope de chocolate le dan cien mil vueltas. Nos enseñan el Champagne francés y nosotros les mostramos nuestro Cava. Nos dan a beber vino de Burdeos y nosotros les damos de Rioja, Ribera de Duero, Navarro, Valdepeñas,  Somontano, Albariños, Jerez… ¡madre mía! Me los conozco todos…pero yo no bebo alcohol ¿eh?)… De repente te sorprenden con una crema Vichyssoise (hay que poner morritos para pronunicarla) y yo les digo: ¿Pero habéis probado nuestra crema de calabacín de la huerta murciana?.. Nada. Ellos se empeñan en la exclusividad con su Confit de pato pero donde esté nuestros “pitus de caleya” asilvestrados, morroskos que desaparezca la finura del patito. Dicen ser los reyes del queso, sobre todo, el famoso queso de Roquefort… aquí, me vais a perdonar pero les estaría un mes entero dándoles a probar los nuestros: Roncal (también empieza por Ro), Idiazabal, Tronchón, Picón, de Tetilla, Mahón, Cabrales, Manchego, de Burgos (qué bueno éste para las gastroenteritis). Es verdad que ellos tienen un “agua milagrosa” y la respeto mucho  que es el“Agua de Lourdes” pero es que nosotros también tenemos un agua que te quita los males “Agua del Carmen” y otra que te quita las penas el “Agua de Valencia”…. Lo siento por ellos, la envidia es muuuuuy mala y en la cocina nadie nos supera.
         No se si atreverme a contar mi periplo culinario. Para empezar os diré que a mi cuñada la tengo frita. Es mi Wikipedia particular. Leo las recetas y me encuentro con verbos y expresiones que me dejan los ojos como lunas. Le llamo por teléfono y le pregunto que qué es eso de Trinchar, o Lardear, o Albardar, o Encamisar… ¿pero a quién vas a encamisar? ¿Al pollo? Otra vez me salió el verbo “asustar la cocción”...bueno, bueno no sabía si ponerme la careta de bruja o esconderme detrás de la tapa de la olla y salir diciendo ¡UHH! Lo que me hizo mucha gracia, y estuve así con una media sonrisa durante horas, fue el día en que me explicó qué significaba eso de “emborrachar un postre” y a mí que me gusta probar de todo lo que hago.
         Hace poco mi hermana me aconsejó que empezara con algo sencillito: “guisantes salteados con jamón”…¡¡ que soy inexperta!!- le dije. Tranquila, me dijo. Calienta el aceite, echa trocitos de jamón y luego los guisantes. ¡Y lo conseguí a la primera! Lo que me extrañó fue ese ruidito que hacían cuando los volqué en el plato: clin, clin, clin, clin; pero el espectáculo fue fantástico. ¡Sí! ¡Saltaban en el plato! Duros como una piedra y más negros que el sobaco de un mono. Cuando se lo conté, me tranquilizó pero me dijo que tuviera cuidado el día que hiciera los HUEVOS ESTRELLADOS… vamos, que no hacía falta que fuera tan literal.
  Yo estoy poniendo todo de mi parte. Hasta me he comprado, que estaba de oferta, un maletín de 17 cuchillos y un hacha. ¿A dónde voy con tantos?-me pregunto, pero el maletín es tan mono. Ya en casa lo abro. Sólo reconozco dos: el de sierra de toda la vida y el jamonero ( lo he visto en algunas bodas). ¿Para qué servirán los demás? Hasta hay uno en forma de media luna y otro “abierto en canal” ¿cómo voy a partir el pan con esto?
         Estoy rodeada de muy buenas cocineras que me aconsejan que utilice la olla rápida: ¡te ahorra tiempo y es muy rápido! Yo soy de cuchara: alubias, cocido, lentejas. Así que el otro día quise prepararme unas lentejitas. Me dicen: tú echa las lentejas, puerro, zanahorias, patatas, un chorrito de aceite, sal y agua (el chorizo a elegir por aquello del colesterol). Pues yo lo pongo todo al fuego. A las dos horas me llaman al teléfono. Es mi amiga diciéndome que tenga cuidado si hago lentejas. Que tienen que estar poco tiempo porque si no se pegan. ¡Oooohhhh! ¡Demasiado tarde! Eso se avisa antes. Abro la olla y una visión dantesca. No solo no se han pegado. ¡Es que se han matado! Ya decía yo que olla rápida-2 horas no encajaba mucho.

         Pero no desisto. Tengo un amigo que sus padres viven en un pueblo y crían conejos, entre otros animales. Un día se me presenta en casa con uno… ¡Congelado! Dios mío ¿qué hago yo con esto ahora? ¿Encima que me lo trae con todo el cariño de sus padres? ¿Y de él también? Intento disimular y le doy las gracias. Esto va a la basura ahora mismo-pienso. Pero no se le ocurre otra cosa que decirme que confía en mí, pobrecito, y que espera que le invite a comer “conejo al ajillo”… ¡me ha matado! Cual cordero degollado, le miro y le digo que “vale”. Viernes por la tarde saco el conejo del congelador. Sábado a media mañana, le cojo, ya descongelado y le meto en la olla ¡No cabe! Llamo a mis chefs y me dicen que lo trocee… ¿Quééééééé? ¡Ni de coña hago yo eso! No puedo, no puedo. Echo mano del vecino y me dice que si tengo un hacha para cortarlo en trocitos. ¡Qué sensación más sanguinaria! Me confirmo que aún no estoy preparada para leer “literatura de terror”…si no puedo con un simple conejito... Mi vecino ya ha terminado. Me da los trozos y los meto en la olla. Ahora si cabe, claro, descuartizado, mutilado.  La comida, ¡un desastre! A la hora y media ya estoy metida en el baño y dos días después sigo sin salir de él. Ya estoy hasta el último pelo. Y nunca mejor dicho. ¡Nadie me dijo que había que quitarle la piel al conejo! ¡Eh, eh! ¡No os riáis! Que para hacer pollo asado recomiendan dejarle la piel. Espero no tener ningún síntoma más. Pero sí me extraño la cara de mi vecino cuando vino a preguntarme por el guiso y, al abrirle la puerta, solo le dije: ¡qué hay de nuevo viejo!
         Hay que seguir caminando. Quiero prepararos un ágape y para ello estoy echando mano de un libro muy bueno que se titula:
         “Cocina para los que no saben cocinar” de Gloria Baliu de Kirchnek, ed. Biblioteca Práctica Caralt.
         Ya os avisaré… En fin, son cosas normales que, me imagino, que os ha pasado a todos ¿verdad?....¿verdad? Decidme que sííííííí

9 comentarios:

  1. Ja, ja, Glori! Muy bueno, no desesperes! Yo estoy igual que tu y me temo que no tengo remedio........Un beso. Flannery.

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  2. Jaja muchas gracias Flannery no sabes lo que me alivia escucharte decir eso jajaja otro día os cuento el "diálogo"que mantuve cara a cara con un besugo... ¡Me miraba con unos ojitosss! Jiji

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  3. Como relato está inmejorable, ánimo, no sólo nos haces pensar que también reír y eso es muy, pero que muy sano!!! Lo mismo tocas la guitarra que la flauta... lo mismo comedia que drama... pero ¿qué decir del arte culinario? Ahí, creo que como opción te queda comprar la fabada asturiana en el Carrefour o en el Mercadona. En fin, no se puede tener todo en la vida. Pero no te preocupes que creo que Arguiñano y Arzac cuando eran bebitos les pasaba como a ti y míralos ahora.
    ¡Ánimo con la escritura que es lo tuyo!

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  4. Jajaja te recuerdo que también le daba a las castañuelas jaja.Como bien dices es dificil hacer reír cuando el corazón llora pero nos merecemos esas "rísas" y poder regalarlas para deleite de los demás.La fabada litoral,buenísima jajaja. Con la sangre vasca que tenemos ¿no voy a poder hacer unas kokotxas? Pues claro jaja ¡¡¡Vamos!!!

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  5. ¡No sabes cómo me he divertido! Sobre todo porque te he visualizado en ese espacio culinario que puede ser magia o pesadilla, y no he podido dejar de sonreír imaginándote entre bolitas de plomo verde o pelos cocinados. Uff, qué agobio sólo de pensarlo…
    En mi familia la cocina ha sido un ejercicio artístico para fechas especiales. Tuve unas tías-abuelas que viajaron por medio mundo, dejando amigos con los que siempre se relacionaron. Ellas trajeron la fiesta de los sentidos a los ágapes familiares y, desde pequeña, mis recuerdos van hilvanados a unas largas mesas, exquisitamente preparadas, donde no faltaba el plato más elaborado ni la receta más delicada. Cada fecha tenía su esmerada cocina. Un universo estético sostenido por delicias con las que nos sorprendían.
    Yo conservo el gusto por intentar deleitar a quien siento a mi mesa. Me falta tiempo, me falta el haber tenido la oportunidad de cocinar con esas grandes mujeres, me falta ese mundo de ensoñación que traían los olores, los colores, los sabores que perfilaron mi geografía personal, me falta sabiduría y entrega intemporal. Porque la cocina, como bien dicen y dices, es una experiencia de amor de la que podemos disfrutar, ya sólo con imaginar sus resultados.
    Años después fui descubriendo algunos de aquéllos manjares en el cine, en películas maravillosas que forman parte de la más estética cinematografía: Batel, Canela, Chocolate, La grande Bofe , Como agua para chocolate, El Festín de Babette, Julie y Julia y la última que he visto de esta temática, la cocinera del Presidente. Tengo mis predilectas, pero de todas sería capaz de quedarme con alguno de sus aromas.
    Podríamos poner música a tus palabras, y habría muchas. Me quedo, por la cercanía y la adaptación de los Golden Apple Quartet, con Buen menú, señor (Karl Zöllner), para continuar con una inmensa sonrisa… Y, confesando mi pasión en esos preámbulos especiales para comidas especiales, de cocinar con un Martini al lado, ahí te propongo el Brindis de Mozart para que lo puedas escuchar mientras haces esos estupendos cocidos y esas kokotxas , que ya sé que no se te resisten.
    ¡Gracias y buen provecho!

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    1. Mil gracias por tu "sabrosa" aportación. Puedo decir que he probado varias cosas de tu "arte culinario" y están deliciosas jejeje. Me encanta que hayas hecho una simbiosis de la cocina con el cine y la música. Sí, en ellas se refleja, digamos, la importancia de la "comunión" entre las personas. La comida es el punto de origen de muchas relaciones, muchos tratados y reuniones, incluso, muchas despedidas...." en el mesa y en el juego se conoce al caballero" ( refranero español). Gracias por tus reseñas cinematográficas ( me encanta Como agua para chocolate), musicales ( grupo muy bueno los Golden jeje "pollo asao asao asao con ensalada". Me apunto al vermut ya mismo ( si es de barril mejor) con Mozart de partenaire... Por cierto ¿ que me dices de la canción Paquito el Chocolatero? jijiji.... besitos M.Dolores y el vermut ya nos espera... Imagino como cocinarían tus tías-abuelas y tú lo has heredado.

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  6. No desesperes... A mi me dieron la receta para hacer pizza y.... no dejé que subiese la masa. ( impaciente ) sobre esta eche los ingredientes, la metí en el horno y salió pizza bollo incomestible. Desde entonces la uso de telepizza, más rápida y manchas menos.
    Ala un beso grande.

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    1. Jajajaja "La paciencia es la madre de la cienca".... Muy difícil de llevar a cabo pero si quieres que las cosas salgan bien y sigan su ritmo, hay que esperar y esperar..... La impaciencia puede destruir y a tí se te destruyó la pizza.... un poco pastosas las Telepizza... mejor las del ahorramas o las de "Casa Tarradellas" jajajaj pero siempre nos quedarán los congelados de "La Sirena" jajajaja....mil gracias Luis y anímate a hacer una otra vez... quien la sigue la consigue...besitos

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  7. Genial el texto. Tienes que hacer más humor. Se te da fenomenal!! Mejor que la cocina....

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