martes, 15 de abril de 2014

LA MUERTE TAMBIÉN ES LA VIDA

Los acantilados de Justiz






                                LA MUERTE TAMBIÉN ES LA VIDA

En todo camino que se precie siempre hay un final. Hoy, hace un año, mi madre dejó de caminar por el suyo en la Tierra. Partió. Tenía que hacer su último viaje, en donde nadie le podía acompañar. A partir de aquí existen miles de creencias sobre la muerte. Para los más agnósticos cuando una persona fallece…pues fallece y no hay más. Desaparece. Se la entierra o incinera y ni oír hablar de almas o luces blancas. Para los creyentes la realidad es otra y muy distinta. La vida no termina con la muerte. Existe otra vida en la que ya no hay dolor, no hay cuerpo, solo alma. Entiendo que es un tema difícil de hablarlo. Mucha gente rehúye cuando de la muerte se trata. Miedos, respeto, angustia. Deberíamos tener muy asumido una cosa: cuando una mujer da a luz a sus hijos debe saber que les da la vida pero, también, la muerte…. ¡Pero esto cuesta tanto aceptarlo! Dicho así suena terrorífico pero es la realidad. Nadie se va a quedar en este mundo. Todos, antes o después, dejaremos de viajar por la Tierra y yo quiero pensar que volveré a “encontrarme” con todos los que han partido ya.
         Pero soy humana y me rebelo ante las injusticias de la muerte: bebés con apenas 3 meses, niños despertando a la vida, adolescentes enamorados, jóvenes con un futuro e ilusiones, adultos y mayores que, tras un calvario de enfermedades, terminan muriendo.
         Mi madre miró cara a cara a su enfermedad. Se enfrentó a ella…con valentía. ¡Así es como me gusta la gente! VALIENTE… ¡Anda que no me he encontrado en mi camino con decenas de “avestruces”! Pero no quiero desviarme del tema.
         Hace años pensar en la muerte me producía angustia. Tenía verdaderas pesadillas hasta que poco a poco intenté aceptarlo. Tampoco es que ahora me agrade hablar de ello pero lo veo de forma diferente.
         Hoy ya un año que mi madre partió. Estaba tranquilita (sedada), rodeada de sus hijos, en su casa, en su cama donde ella siempre dijo que quería morir. Comprendo que no todas las muertes son así: un accidente, un infarto, un asesinato son mucho más traumáticas y el shock es mayor que si es “una muerte anunciada”. Yo he vivido ya algunas cuantas y el dolor ante la pérdida y la separación es muy grande de cualquiera de las formas.
         A pesar de toda esta teoría cuesta aceptar que ya no estés aquí, Amá. Te tenías que ir, me decían…pero yo quería que siguieras a nuestro lado. Quería que siguieras estando orgullosa de nosotros, que siguieras viendo crecer a tus queridos nietos; quería seguir conversando horas y horas contigo, paseando por el parque, por Hondarribi, por la playa, por tu barrio. Quería seguir escuchándote decir que “nunca perdiera mi sonrisa”, que siguiera siendo tan alegre. A pesar de lo que eso conllevaba, quería seguir “afeitándote” tu cabecita para que no te “estorbaran” los cuatro pelillos que te salían. Y ponerte el pañuelo con el que estabas tan guapa. ¡Te echo tantísimo de menos!... Y aquí estoy frente al mar, en uno de los rincones que más te gustaba y en donde ambas cerrábamos los ojos para “respirar hondo” y me decías eso de…”cuando ya no esté...”. Y ya no estás físicamente en este rincón pero te siento muy cerca, a mi lado; siento que me estás abrazando, que me secas las lágrimas y me dices: “Hija, que no quiero verte llorar ¡eh!”
         Eras nuestra fuerza, nuestro AMOR y así lo seguirás siendo.
VIVISTE AMANDO, SUFRISTE CON SERENIDAD Y TU EJEMPLO ES HOY VIDA PARA NOSOTROS....


















6 comentarios:

  1. Si...
    Hoy hace un año que se fue.
    Que abandonó su cuerpo físico, pero dejó lo mejor de ella su esencia, y tantas y tantas cosas que ahora ni siquiera podemos ver.
    Dejó su ternura, su buen hacer, el amor que hay en el corazón de sus hijos, y lo más grande... Quė a pesar de su enfermedad, no pensaba en ella, pero si en ti.
    No llores... Sólo piensa que estaré bien allí.
    Allá donde estés...
    Gracias por compartir un trozo de tu vida conmigo, con nosotros.

    Un beso y un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchas gracias Luis! Gracias por comprender...y es muy difícil pero tú llegas y eso te hace aún "más grande"... sí,sí su esencia es la que ha quedado en nosotros y vamos a ser portadores de ella...Y sí, pensó más en nosotros que en ella misma...grande,grande su AMOR... besitos y mil gracias Luis...espero que tu Camino esté siendo también muy positivo y enriquecedor...

    ResponderEliminar
  3. Sí, ella se nos fue cuando más falta nos hacía a todos; cuando Lucía, Aitor y Marta necesitaban sentir la mano y el abrazo de la abuela; cuando nosotros necesitábamos sentarnos juntos a charlar de nuestras cosas.
    Pero dejó un estela de sabiduría. Hasta el último momento conservó su estandarte de "Frías" y luchó contra toda inclemencia. El 12 de Octubre le ayudó a prolongar su existencia, pero fue en su casa y con nosotros los que la cobijamos para que su ruptura fuese más cálida, más íntima...
    Ella está ahí, aquí, entre nosotros porque sabemos que nos acompañará siempre.
    Muy buen escrito Gloria.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Marivi. Qué bonito lo que has escrito. Mejor no lo podías haber dicho...Estar a su lado cuando partió nos tiene que llenar de satisfacción al igual que el amor que nos demostró...besitos

    ResponderEliminar
  5. El encuentro de ayer, el ágape entre las personas que os queremos y tuvimos la suerte de conocer a Gloria madre, fue la mejor expresión de que su vida trascendió este plano terrenal. Marivi y tú disteis voz a lo que el corazón ha venido acumulando en este año de forzosa separación de la materia, y que ha cobrado vida con el peso específico de una ausencia que ha dado todo su valor a la historia común de vuestra familia. El recuerdo es ese hilo conductor que se hace referencia vital, y lo sabéis sus hijos, sus nietos, su familia, sus amigos.
    Nunca he creído que el tiempo todo lo calme. Sí creo que otorga el verdadero valor a cada persona, experiencia, encuentro, sentimiento de dolor o alegría… Así nos permite ver con la luz del alma, agradecer, añorar y sentir en propia piel que el amor incondicional fue, es y será.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tus palabras son preciosas, como siempre. Llenas de un sentimiento que solo un corazón noble y bondadoso como el tuyo podría hacer. Gloria madre bien que nos enseñó el camino que, desde hace tiempo, vamos recorriendo juntas..Efectivamente su AMOR fue INCONDICIONAL y por ello nunca morirá...besitos amiga..

      Eliminar